Si preguntas a cualquier estudiante que haya cursado estudios en otro país es más que probable que te responda que la experiencia resultó inolvidable, que de algún modo aquella etapa cambió su vida.
Tanto en el corto como en el largo plazo, obtendrás numerosos beneficios gracias a una experiencia que poco tiene que ver con unas vacaciones en el extranjero.
¿Tienes dudas acerca de dar el paso final?
Te presentamos los principales motivos que consideramos deberías valorar hacer un viaje de idiomas al extranjero.
1. Aprender otro idioma
No tiene nada que ver con estudiar durante años en el colegio o en una escuela de idiomas en tu país.
Estudiar en el extranjero mantiene al cerebro enfocado en el idioma del país al que viajas todo el día, desde que preparas los cereales estás leyendo en otro idioma y aprendes a mucha más velocidad; interiorizas el lenguaje.
El factor clave: el aprendizaje es constante. Estudiar en el extranjero te obliga a interactuar con personas nativas cada día, de manera que mejoras notablemente el acento e incrementas tu fluidez sin darte cuenta.
2. Vivir una experiencia única
Conoces a multitud de personas, pertenecientes a una cultura diferente y en un entorno por descubrir. Un viaje de estudios te saca de la «zona de confort» y se convierte en una verdadera aventura cada día.
Una oportunidad para reorganizar tu vida, condensando lo necesario en una maleta y manejando situaciones imprevistas.
3. Marcar la diferencia en tu Hoja de Vida
Especificar en tu hoja de vida que has estudiado en el extranjero es un valor adicional sobre el dominio del idioma. Además de la garantía que supone para el responsable de selección, avala tu perfil proactivo y con experiencia en la adaptación a otras culturas.
En un 99% de las entrevistas de trabajo que realices te preguntarán acerca de tu experiencia en el extranjero.
4. Aprender sobre uno mismo y ser más autosuficiente
Un entorno nuevo y desconocido puede mostrarte con nitidez aquello en lo que eres bueno y también aquellos aspectos en los que tienes margen de mejora.
Por otro lado, no hay mejor maestra que la necesidad. Porque aunque viajes con determinadas necesidades cubiertas (alojamiento, centro de estudios, etc.) también surgirán multitud de situaciones en las que deberás tomar acción o pequeñas decisiones por tu cuenta.
Esta realidad te enseña a ser más reflexivo, medir bien las consecuencias y aprender rápidamente de los errores.
5. Establecer relaciones duraderas
Viajar al extranjero y no conocer a mucha gente inicialmente puede aumentar tus habilidades comunicativas y sociales.
El centro de estudios es un lugar perfecto para hacer amigos. Nuestros estudiantes nos confirman que muchas de las relaciones establecidas en el centro académico, basadas en la solidaridad y el compañerismo, perduran en el tiempo.
6. Ampliar tu red de contactos internacionales
Tendrás oportunidad de conocer a muchas personas tanto del país al que viajas como de otras nacionalidades. Pensando en el largo plazo, nunca sabes cuándo puedes necesitar o ayudar a ese contacto internacional.
Hoy la tecnología te permite comunicarte desde cualquier parte del mundo con un solo click.
7. Conocer otra cultura
Viajar al extranjero te permite conocer otra cultura y ampliar la visión sobre la sociedad. Nos vuelve más flexibles y respetuosos, puesto que aprendemos a valorar las necesidades y los esquemas de pensamiento de las personas que conocemos.
8. Descubrir una nueva gastronomía
Una manera de conocer otra cultura es a través de su gastronomía. Y comer es sinónimo de alimentarse pero también de disfrutar. Quizá puedas deleitar a tu familia y amigos cuando regreses a casa
9. Estudiar y aprender de una manera diferente
Estudiar en el extranjero implica experimentar una nueva forma de enseñanza. Los sistemas educativos, los criterios y sistemas de evaluación o el estilo de comunicación entre estudiantes y docentes cambian en muchos países. Estas ligeras variaciones ayudan a abrir la mente a nuevas formas de aprendizaje.
10. Optar a un trabajo en el extranjero
Una vez dominado un idioma las posibilidades laborales aumentan exponencialmente en términos geográficos.
El clásico ejemplo: hablar, escribir y comprender el inglés perfectamente te permite optar a oportunidades profesionales en un extenso número de territorios; desde Canadá y Estados Unidos hasta Australia y Nueva Zelanda, pasando por Reino Unido y Malta, entre otros países.
11. Valorar tu casa y tu familia
Parece irrefutable, ¿verdad? Alojarnos de nuestra gente y del entorno habitual nos permite reafirmar el verdadero valor que tiene nuestro hogar y nuestra familia.
Pasar tiempo fuera de casa puede ampliar tu forma de ver las cosas y la vida en general. Quizá se modifiquen tus prioridades, en adelante restes importancia a las cosas materiales y valores más otras cosas que antes no valorabas.
12. Hacer más turismo durante el tiempo libre
Además de asistir a clases y dedicar tiempo al estudio siempre puedes encontrar tiempo libre para visitar un nuevo mercado, conocer pueblos cercanos o explorar la ciudad. Cambias de ubicación y surge un nuevo mundo por descubrir.
13. Ver tu propia cultura desde otra perspectiva
Es fácil aceptar las ideas originales de nuestra cultura como absolutas. Cambiar de país y empaparse de otra cultura puede ampliar nuestros puntos de vista y desarrollar nuevas ideas u opiniones.
14. Desarrollar una mentalidad global
Ahondando en el punto anterior y relacionado con el punto 10 –optar a una trabajo en el extranjero–, residir en países extranjeros y aprender idiomas refuerza la capacidad de poner en práctica una nueva mentalidad global. No solo en el trabajo, si no también en el entorno académico, cultural y de ocio.
15. Porque la variedad enriquece la vida
Cambiar de entorno y personas, variar las rutinas y costumbre y vivir nuevas experiencias son las que hacen que la vida valga la pena vivir.
Da un paso más, viaja y estudia idiomas en el extranjero!
Tomado de europeanidiomas.com